Desde mi desdicha, puesto que en estos momentos no concibo mi vida de otra forma, mi mente debate sobre la necesidad o no de cargar con un peso que lo único que me provoca es tristeza. A veces, me gustaría ser lígero como una pluma: levitar y ser arrastrado por el viento hacia un lugar extraño, donde nada pudiese importar ya. Querría ser leve, experimentar la levedad, desprovisto de cualquier tipo de peso, y reír y sonreír a todas horas. ¿Pero podría acaso reír sin peso alguno, sin sustancia? Lo desconozco. Sólo quiero deshacerme de la carga que me oprime.
Y sí, obviamente, me estoy leyendo "La insoportable levedad del ser".