Navegando por el ciberespacio, esncontré unas fotografías -muy buenas- de Matt Irwin que me han hecho recordar. Recordar la fiesta de ayer noche en mi casa, las risas y las sonrisas, las anécdotas, algunas escatológicas. También he recordado la ciudad de Londres, a la que deseo volver cada día con más fuerza. Serán los sentimientos, lo vivido, lo pasado, pero la adoro, es una ciudad maravillosa, preciosa, cosmopolita y diversa.
Hoy y después de haberme pasado tres horas limpiando restos, aireando sábanas y fregando suelos, me quedo, sin duda, con la sesión de anoche y con las risas que me eché.
Y aunque sea imposible, sigo soñando y me duele y no lo entiendo y no sé el porqué de tal cosa, es patético. Siempre me quedará París, pues...
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