martes, 19 de enero de 2010

Cine de verdad

Dentro de muchos años, un ejecutivo, con traje y corbata de Armani, de una gran productora de Hollywood vendrá a mí y me suplicará y me rogarás que le ceda los derechos de mi historia para una producción americana putrefacta con Carmen de Mairena, interpretando mi personaje, y una serie de desgraciados como extras. La película será un gran fracaso, pero con el paso de los años la esencia underground del film y la historia restarán en los anales del cine de culto y la veré, estirado en mi sofá encontrado al lado de un contenedor de basura, acompañado de una gata negra y blanca, engullendo palomitas, con sobrepeso y luciendo una bata de guatiné fucsia con bordados barrocos. Y me reiré como un cerdo mientras la espuma de la décima cerveza vespertina resbala por mi barbilla.

1 comentario:

Charles Parrens dijo...

De alguna forma muy insana eso es felicidad