jueves, 5 de agosto de 2010

domingo, 18 de julio de 2010

Sin título VII






El bulbo se planta, se cultiva. Entonces crece y florece. Aparece el tulipán, la flor del tulipán: roja, amarilla, blanca, negra. Resplandece y expone toda su belleza. Luego, se marchita, sus pétalos caen, se seca. Pero el bulbo sigue ahí, esperando a ser plantado de nuevo, vivo en su interior. Como un recuerdo que permanece eternamente.

Este tulipán va por todo los bulbos que aún no han germinado, por los que lucen radiantes sus colores y por los que, aun secos, seguirán vivos en el recuerdo. Va por aquellas dos que me acompañaron en mi etapa de bachiller, va por los que disfrutan del día a día junto a mí, por aquella con quien comparto mis secretos, va por la “gente guapa” a la que tanto quiero, va por los dos a los que tanto aprecio, va por todos aquellos que son parte de mí y por mi amante urbana, que tanto me hace sufrir, pero que es la única que consigue salvarme.

viernes, 16 de julio de 2010

miércoles, 7 de julio de 2010

Sin título VI




Fuente: http://skizosite.es/tag/cerdo/

lunes, 5 de julio de 2010

Sin título V

La sesera del último fallecido en la ciudad estaba esparcida sobre la calzada. Decenas de ojos observaban la escena, deseosos de ver hasta la víscera más diminuta que pudiesen hallar, murmurando a sus acompañantes sobre qué habían visto y sobre dónde estaba aquel diente sin dueño. Un coche, causante del fatal accidente, seguía con los focos encendidos y proyectaba una intensa luz sobre el edifico de enfrente. La noche, la sangre: ambas iluminadas cual película de serie be. Una figura asomaba su rostro por la ventana de un edificio cercano. Tenía las mejores vistas: el coche, el cadáver y la gente acumulada a su alrededor. Observaba mientras fumaba un puro y bebía una copa de Campari. Era difícil determinar qué disfrutaba más: si el licor o la muerte, ambos rojos y amargos a la par. En su tez blanca se adivinaba una pequeña sonrisa que se dejaba entrever entre calada y calada. Las ruidosas sirenas de los coches de policía empezaron a oírse a lo lejos. El hombre del Campari se introdujo de nuevo en la oscuridad y la gente aburrida empezó a desaparecer. Tan sólo quedaron los más curiosos, aquéllos que nunca tenían suficiente.

jueves, 3 de junio de 2010


Hace alrededor de un año y medio que hice esta fotografía en el museo de arte contemporáneo de Berlín. Ahora, es la imagen que mejor ilustra mi regreso al mundo del alcohol.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Te echo de menos. Fuiste lo que yo no he sido capaz de ser.

lunes, 15 de febrero de 2010






"Me estoy volviendo loca y parezco una idiota".




Paradise Portraits de Erwin Olaf.

sábado, 13 de febrero de 2010

Levedad

Desde mi desdicha, puesto que en estos momentos no concibo mi vida de otra forma, mi mente debate sobre la necesidad o no de cargar con un peso que lo único que me provoca es tristeza. A veces, me gustaría ser lígero como una pluma: levitar y ser arrastrado por el viento hacia un lugar extraño, donde nada pudiese importar ya. Querría ser leve, experimentar la levedad, desprovisto de cualquier tipo de peso, y reír y sonreír a todas horas. ¿Pero podría acaso reír sin peso alguno, sin sustancia? Lo desconozco. Sólo quiero deshacerme de la carga que me oprime.

Y sí, obviamente, me estoy leyendo "La insoportable levedad del ser".

martes, 19 de enero de 2010

Cine de verdad

Dentro de muchos años, un ejecutivo, con traje y corbata de Armani, de una gran productora de Hollywood vendrá a mí y me suplicará y me rogarás que le ceda los derechos de mi historia para una producción americana putrefacta con Carmen de Mairena, interpretando mi personaje, y una serie de desgraciados como extras. La película será un gran fracaso, pero con el paso de los años la esencia underground del film y la historia restarán en los anales del cine de culto y la veré, estirado en mi sofá encontrado al lado de un contenedor de basura, acompañado de una gata negra y blanca, engullendo palomitas, con sobrepeso y luciendo una bata de guatiné fucsia con bordados barrocos. Y me reiré como un cerdo mientras la espuma de la décima cerveza vespertina resbala por mi barbilla.

miércoles, 13 de enero de 2010

Luces de neón

Verter el vodka en un vaso de cristal y sumergirme en él. Fumar yerba para olvidar donde me he sumergido. Pensar que la vida no es real, que todo es un sueño que terminará en una gran explosión psicodélica de colores y luces de neón acompañada de los éxitos más poperos de Madonna. Estoy renovando mi fondo de armario, para que no me pille desprevenido y tenga algo en mi haber para la ocasión. Y compraré serpentinas y confetis, y un gran lazo rojo, y unos zapatos de tacón y me los pondré y caminaré sobre ellos cuando todos me miren como en un desfile de Dior. Y me pintaré el pelo de azul para no desentonar, para dejar de ser invisible, para que todos sepan quién soy y me odien y me teman y se aprovechen de mí. Llevaré un bolso enorme para que me quepan cien botellas de alcohol y un estuche para poder drogarme sin cesar, y todo será para mí y para aquéllos con quienes lo quiera compartir. Y terminaré en una cuneta, si es que aún existen, medio drogado, medio inconsciente. Y me preguntarán mi nombre y no sabré qué responder porque ya no tendrá sentido repetirlo. El dolor ya no será dolor ni el sufrimiento tendrá cabida entre las luces de neón.

jueves, 7 de enero de 2010

Amistad

A veces me pregunto qué significa la palabra amigo, muy distorsionada hasta límites aberrantes. Su uso habitual y descuidado resulta nauseabundo en muchos casos. ¿Qué es un amigo? ¿Puede acaso considerarse como tal una persona a la que apenas conoces o se debe de tratar así a una con la que se han compartido decenas de años? Sí y no, obviamente. La amistad no depende del tiempo, depende de la confianza que uno pueda profesar hacia un individuo, cualesquiera que sean las circunstancias. Quizá sea demasiado banal definir amistad única y exclusivamente como sinónimo de confianza, empero, es básica, puesto que necesita ésta de la suficiente seguridad en la otra persona para poder darse. Asimismo, cabe remarcar que la amistad también es fruto del afecto y del cariño mutuo. Sentirse a gusto junto a alguien y notar que dicho sentimiento es recíproco es importante, cuanto más tanto que, al fin y al cabo, la amistad es entre dos personas. Otro aspecto, siquiera antes lo haya negado con rotundidad, es el tiempo, entendido como el período necesario para fortalecer dicha relación bilateral. El tiempo, como tal, no es inherente a la amistad, mas sería difícil negar sin discrepar ni debatir antes hasta la saciedad que el paso del tiempo refuerza la amistad, en tanto que también puede deteriorarla. Y no por ello quiero decir, reiterándome, que la amistad dependa de él, ya que cualquiera puede elevar a alguien a la categoría de amigo cuando lo considere menester, cuando lo sienta así, sin importar el tiempo que haya pasado. Pormenorizando los diferentes aspectos que participan del susodicho estado, el compartir intereses, gustos o aficiones puede resultar un punto a favor, aunque ni mucho menos decisivo. Por una parte, puede ser atractivo e interesante, por la otra, el antagonismo puede ser excitante a la par que enriquecedor, puesto que propicia el entendimiento, la tolerancia entre opuestos y la capacidad de mostrar interés por materias distintas.

LLegados a este punto, pregúntome yo cuál es el significado correcto de amigo. En mi opinión, un amigo es aquél en quien puedes confiar, aquél que más allá de la distancia y del tiempo sabes que está a tu lado, es la persona en la que uno puede apoyarse en los buenos y en los malos momentos. La amistad no entiende de edades ni de sexos, la amistad es mucho más y tendemos a generalizar el concepto en demasía.

Amigos hay muy pocos, conocidos, incalculables.

Para concluir, cito: << ¡Nercro & Jabón, qué leches! xD Pues andaba servidora intentando contactar con Jabón para inquirirle lo mismo. Obviamente, "cundir, cunde", siquiera servidora debe invertir su preciado tiempo en actividades menos placenteras, mas obligatorias, por la cual cosa espera no regresar a una hora intempestiva a su morada. >>

martes, 5 de enero de 2010

lunes, 4 de enero de 2010

Tengo 18 años y siento que soy un tonto, y encima fumo y tú te desvaneces con el humo y me enciendo otro para no perderte. Creo que fumo demasiado.

domingo, 3 de enero de 2010

Ebrio de ti

Trató de volver a vivir ese momento, la tierra roja y húmeda, el intenso olor de
los bosques de pinos y eucaliptos, donde el tapiz de hojas secas se maceraba,
después del largo y cálido verano, y donde la luz cobriza del sol se filtraba
entre las copas de los árboles. Trató de recordar el frío, el silencio y esa
preciosa sensación de ser los dueños de la tierra, de tener veinte años y la
vida por delante, de amarse tranquilos, ebrios de olor a bosque y de amor, sin
pasado, sin sospechar el futuro, con la única increíble riqueza de ese instante
presente, en que se miraban, se olían, se besaban, se exploraban, envueltos en
el murmullo del viento entre los árboles y el rumor cercano de las olas
reventando contra las rocas al pie del acantilado, estallando en un fragor de
espuma olorosa, y ellos dos, abrazados dentro del mismo poncho como siameses en
un mismo pellejo, riéndose y jurando que sería para siempre, convencidos de que
eran los únicos en todo el universo en haber descubierto el amor.

Texto extraído de La casa de los espíritus de Isabel Allende.

sábado, 2 de enero de 2010

Candy Darling

Candy Darling en su lecho de muerto de Peter Hujar


Ayer volví a tomarme las uvas, las que pude, pues tuvimos una confusión con las campanadas y al final me sobraron varias. Eso sí, fue divertida la experiencia de tomárselas un día después frente a la iglesia. Así que, he vivido un año de un día, el día 1 de enero, y hoy es año nuevo otra vez.

Y qué mejor que empezar el año nuevo que con unas fotografías de incalculable belleza. El rostro de Candy Darling no tiene parangón.